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El extraño aroma

Sus lágrimas finalmente cesaron. Aún así, no nos movimos. Ella yacía completamente relajada debajo de nosotros. Después de varios minutos, él comenzó a levantarse. Ella gimió y se giró sobre su espalda para mirarlo, sus dedos entrelazándose en su pelaje para mantenerlo cerca de ella.

Él se congeló,...