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Quítame las esposas

—Oh… Casi lo olvido. Realmente no necesitas disculparte… De todas formas, no te perdonaría por nada de esto —dijo Hayden mientras me sonreía dulcemente. Su rostro estaba lleno de sonrisas, pero sentí un escalofrío recorrer mi espalda y un gran nudo formarse en mi estómago.

Era la primera vez en mi ...