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Capítulo 377: La dueña de la casa

Al escuchar las palabras de Annabel, los sirvientes de la casa corrieron hacia el pie del árbol de osmanthus. Al ver lo alto que era el árbol, se asustaron y comenzaron a temblar.

—Dios mío, este árbol es incluso más alto que un edificio de dos pisos. Si saltamos, quedaríamos medio muertos por la c...