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Capítulo 44: ¡Imposible!

Nana:

Sentada en silencio mientras Jun dormía inquieta, llorando con suaves gemidos mientras la luz del sol se atenuaba con las nubes oscuras que se acumulaban pesadamente desde los cielos.

Lamentando la pérdida de las preciosas gemas de Jun, pequeños niños, tan diminutos, frágiles, me dolía el co...