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Chocando el uno con el otro

—Caleb—

Los labios de Jocelyn eran tan suaves, carnosos y perfectos como había imaginado. Los chalecos salvavidas eran incómodos de narices, pero aun así logré poner una mano en la nuca de su cuello y mantener sus labios pegados a los míos.

Sentí cuando la conmoción abandonó su cuerpo y se derriti...