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Ocho

Me giré para mirarlo y vi que era el Alfa Daniel. Se veía imponente mientras estaba en la puerta con sus anchos hombros y su alta estatura. Pero sus ojos eran amables y gentiles, y sentí que mi corazón se aceleraba cuando me miró.

Mi cuerpo se relajó al verlo, y los acosadores parecieron encogerse ...