Read with BonusRead with Bonus

Setenta y ocho

Entré en la casa principal de la manada, mis ojos se abrieron de par en par al contemplar los extravagantes alrededores. Las habitaciones eran como nada que hubiera visto antes, muy lejos de los modestos cuartos reservados para los miembros omega. Era imposible no notar la marcada diferencia, y una ...