Read with BonusRead with Bonus

Doce

Me tumbé perezosamente en mi cama, absorto en el desplazamiento sin sentido de mi feed de Instagram. El suave resplandor de mi teléfono iluminaba mi habitación tenuemente, proyectando sombras inquietantes en las paredes. El reloj en mi mesita de noche marcaba el paso de las horas. Era una noche de v...