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Respeta

Ella

Cuatro años después

Salí de mi coche, sintiendo el peso de mi corazón hundirse en mi pecho. Alisé la falda de mi vestido, quitando un pedazo de pelusa que sobresalía contra la tela negra.

—¿Señorita Aberra?

Me giré para enfrentar a un hombre triste que sostenía una corona funeraria e...