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CAPÍTULO NOVENTA Y OCHO

Caminé un poco más rápido, emocionada por contarles el incidente y cómo me encargué exitosamente de esos cazadores de sangre. Me sentía como una niña que había aprendido una nueva palabra y necesitaba que sus padres lo supieran también.

Pero parecía que no estaban contentos de verme, aunque no dejé...