Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO NOVENTA Y CINCO

Después del horrendo evento, me llevaron de vuelta a la mansión y tuve que seguir golpeándome la oreja, que sentía como si se hubiera dañado. No culparé a esa parte inocente de mi cuerpo; todo estuvo lleno de gritos y gente que no respetaba el espacio personal.

Además, estaba buscando una manera de...