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CAPÍTULO OCHENTA Y CINCO

Axel entró y la escena le hizo abrir la boca en una mezcla de varias emociones, siendo la más prominente la sorpresa.

No iba a dejar que arruinara mi felicidad, así que rápidamente bajé de la mesa y comencé a vestirme.

—Cariño, cálmate. Estoy seguro de que tiene una explicación adecuada, ¿verdad, ...