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CAPÍTULO CINCUENTA Y OCHO

Axel nos sacó del restaurante y encendió la radio, pero bajó el volumen. Sonaban melodías suaves, lo que me hizo recordar cómo solía tocar este tipo de canciones cuando estaba en la universidad.

Pero parecía que yo era la única que sentía la música, ya que Kane y Ares tenían otros objetivos. A pesa...