Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO CIENTO OCHENTA Y CUATRO

—Mira, puedo explicarlo—comenzó, ya sudando en la frente.

Flynn no sabía lo jodido que estaba, pero decidí jugar con él.

—¿Oh, sí puedes?—pregunté con una risita—, adelante. No tenemos nada que hacer de todos modos.

Estuvo atónito por unos segundos antes de lanzarse a contar una historia estúpida...