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CAPÍTULO CIENTO OCHENTA Y UNO

Él levantó mi bata y bajó mis bragas mientras escuchaba que la ducha se detenía.

"Hey, ojos aquí, háblame, Mamá," dijo mientras levantaba mi pierna y la colocaba sobre su hombro.

"Uhm, era una sirvienta que trabajaba para mí cuando estaba en Arkonos. Le pagaron para - ohhh," un gemido salió de mis...