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Escalofríos

Tan pronto como salí de la habitación, dos guardias corpulentos que estaban en mi camino detuvieron mis pasos. Con rostros tan inexpresivos como hojas de papel, postura erguida como palos, sus miradas estaban fijas hacia adelante en lugar de en mí.

—¿Qué hacen ustedes aquí fuera de mi habitación? —...