Read with BonusRead with Bonus

Su marca

Sus dedos recorrieron mi cuello hasta mi escote, dejando mi piel ardiendo de deseo. Mi corazón se aceleró y mi respiración se volvió entrecortada.

—¿Quieres castigo, amor? —preguntó con su profunda y ronca voz.

Asentí.

—Entonces, ¿por qué tu corazón late tan rápido? Puedo decir que esta anticipac...