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La incómoda reunión

Una mujer de poco más de cincuenta años, de figura pequeña y cabello oscuro hasta los hombros, estaba de pie en la puerta. La sonrisa en su rostro se desvaneció y fue reemplazada por una expresión de confusión. Sus ojos marrones oscuros me miraron rápidamente de arriba abajo.

Debo admitir que, incl...