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El furioso Sr. Larsen

Soltando un suspiro, me desplomé en las escaleras, dándole un descanso a mi trasero y piernas.

Mis brazos sostenían el montón de carpetas firmemente contra mi pecho. El sudor me corría por la espalda y la frente por todos los maratones que hice usando las escaleras entre el tercer y quinto piso. No...