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Capítulo setenta y tres: Mi grifo

La cabaña estaba completamente en silencio, ni Griffin ni yo movimos un solo músculo ni pronunciamos una sola palabra. Nuestros ojos se encontraron, ambos en estado de shock por razones diferentes.

Él estaba sorprendido porque no esperaba verme allí, mientras que yo no podía creer que el hombre que...