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CAPÍTULO 48— CASTIGO

Su mano se apretó alrededor de su cuello, empujándola contra la cama.

—Me aseguraré de que los pensamientos sobre él nunca ensucien tu mente, especialmente cuando te esté follando hasta que no puedas moverte.

Se acomodó entre sus cremosos muslos, sus labios chocando contra los de ella sin piedad, ...