Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 45: ESPERANDO IMPACIENTEMENTE EL PLACER

Zillon se apartó, mirando a su gatita a los ojos.

—Lo siento, de verdad lo siento... mi enojo surgió del hecho de que estabas tan ansiosa por ponerte en peligro. Casi mueres, Celeste, algo podría haberte pasado y entonces, ¿qué haría yo? Sin una compañera como tú, ¿qué haría yo...?

—Bueno, yo... y...