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CAPÍTULO 25— ¡COMAMOS!

Ella estaba nerviosa, más aún cuando la puerta se abrió, revelando al alfa y a la Luna de su manada. Como de costumbre, el rostro del Alfa era severo, no mostraba nada más que austeridad. Su aura era poderosa, su aroma incluso más fuerte que el de Zillon. No era sorprendente que eso hiciera que los ...