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CAPÍTULO 24— LO SIENTO

Celeste lloraba en silencio mientras él conducía, dándole la espalda y cubriéndose el rostro con las manos. Lo odiaba, lo odiaba tanto. Si era así, ¿por qué sus palabras aún le dolían?

¿Por qué en el hospital no podía dejar de desear que él viniera?

¿Y por qué cuando finalmente vio su rostro, sintió...