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CAPÍTULO 37

Ellis estaba sentada en la cama, vistiendo su bata negra y mirando fijamente la puerta del dormitorio. El único sonido que rompía el silencio era el tic-tac incesante del reloj de pared. Intentó calmarse y respiró profundamente, pero sus pensamientos eran caóticos y su mente estaba llena de dudas y ...