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CAPÍTULO 295

Ellis Barker se levantó de la mesa en Tokyo Shiba Tofuya Ukai, con una determinación resuelta en sus pasos mientras se dirigía hacia la salida. Pero antes de que pudiera llegar a la puerta, Angelo Messina la interceptó, declarando que no podía irse.

—No lo haré —afirmó Messina, su voz llena de una ...