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CAPÍTULO 254

Vittorio Amorielle entró en la habitación de su hijo Jake, encontrándolo absorto en su juego con coches de juguete. Se agachó para estar a la altura de los ojos del niño y sonrió, aunque por dentro lo consumía la preocupación.

—Jake, ¿estás bien? —preguntó Vittorio con ternura.

El niño miró a su p...