El tributo a la Virgen del Alfa

Déjame amarte

Mientras mi apetito se sacia, él disfruta del placer incesante que le proporciono. La adrenalina fluye, estoy impaciente con mi maldito deseo, no permitiéndole descansar, tomándolo una y otra vez. Lo absorbo profundamente, mis paredes se estiran para acomodar su plenitud. No puede soportar el tormen...