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Capítulo siete

¡Él está aquí! ¡Dios mío, él está aquí!

—¿Karen? —llamó Celeste, extendiendo una mano.

De repente, Kara se dobló frente a Isabelle, aparentemente presa de un ataque de tos. Celeste estaba muy preocupada.

—Karen, ¿estás...?

—¡Necesito pastillas! —logró decir Kara entre toses—. Dolor de cabeza... ...