Read with BonusRead with Bonus

Capítulo treinta y nueve

Lucas estaba perdiendo la maldita cabeza. No había rastro alguno. Kara se había esfumado como una maldita ilusión. ¿Cómo demonios había logrado desaparecer tan rápido? Suspiró y apoyó la cabeza contra el ascensor.

Habían peinado toda la ciudad y un poco más allá, pero no encontraron ni una sola pist...