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CAPÍTULO 28

Se acercó a caminar junto a mí mientras me abrazaba a mí misma, temblando.

—Por cierto, tus tetas se ven geniales con ese bikini.

Mi mandíbula cayó de la sorpresa por su declaración tan directa.

Viéndolo reír, extendí la mano y lo empujé tan fuerte como pude, claramente tomándolo por sorpresa mie...