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Noventa y tres

Alaric se detuvo. Vi a Jasper sentado en nuestro porche con su celular en las manos, presionando como si su vida dependiera de ello. Saludó en cuanto me vio bajar del coche.

Rodé los ojos. ¿Es que este tipo siempre tiene que actuar de manera tan vergonzosa?

Escuché a Alaric reírse de manera natura...