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Cincuenta y dos

—¡Ahí está, maten al alfa! —El comandante me señaló y gritó.

Instantáneamente se volvieron hacia mí y traté de luchar contra ellos. Mis soldados eran ahora pocos en número y no era propio de mí dejarlos solos allí para morir. Estaba ocupado luchando contra los que tenía delante y reaccioné un poco ...