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Capítulo 34

Su aliento acarició su mejilla.

—Dime que me deseas.

La exigencia susurrada y áspera hizo que su corazón latiera con más fuerza.

—Te deseo.

Él se retiró y volvió a entrar, su palma añadiendo presión a su clítoris. Ella gritó de placer violento.

Su nariz rozó su oreja mientras inclinaba la cabez...