Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 55 Agatha Wilde

—Dios mío... Dios mío... ¿Por qué?... ¿Por qué? —me pregunté, aturdido.

Mi mente se sentía rota, había perdido completamente mi eje cuando Lorenzo corrió a buscarme y me dio la noticia impensable. Mi corazón se desplomó al suelo mientras prácticamente me arrastraba hacia el coche.

No podríamos hab...