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La maldición de la diosa

Charlotte

—Estás embarazada, y nadie encontró rastros de otro lobo cerca del río —gritó la loba, mostrando los dientes, una señal de que me mataría si sus sospechas eran ciertas—. ¿Y si es la esclava fugitiva de la que están hablando? Todos estamos en peligro. Aiden empujó a la loba y se paró frent...