




Capítulo 1
—¿Quién era? —pregunta ella mientras me detengo detrás de ella y pongo mis manos en su cintura. Casi espero que me empuje, pero no lo hace y por ahora no cuestiono eso.
—Alguien de quien deberías mantenerte alejada —le digo, sin querer asustarla, pero estoy seguro de que ese imbécil lo hizo todo por sí mismo.
—¿Sabes qué me di cuenta justo ahora? —pregunta y no le respondo porque sé que me lo va a decir—. Eres uno de los peores tipos de personas que existen y nunca quiero verte con sangre en las manos, Xavier —dice, y sé exactamente a qué se refiere, pero también sé que podría no ser capaz de protegerla de eso.
—Puedo hacer cosas mucho peores que una bala —le digo y no me pierdo el escalofrío que recorre su espalda.
—No quiero saberlo —dice mientras se da la vuelta y la mirada en sus ojos me muestra una honestidad que nunca había visto—. No quiero saber de lo que eres capaz y no quiero verte con sangre en las manos. No creo que pueda recuperarme si lo hago —dice, y así de simple, parece más cansada que nunca y me encuentro lamentando no haber atrapado la mosca con miel.
Skyler Johnson
—Vale, así que Tristan está organizando una fiesta esta noche, es algo de último minuto porque sus padres se van de la ciudad después de esto. ¿Vas a venir, verdad? —pregunta Natalie mientras me aleja de Lauren y nos dirigimos hacia Mason y Tristan al otro extremo del gimnasio.
—No lo sé. Mi papá dijo algo sobre una cena con amigos esta noche y tengo que ir —le digo, mirando hacia atrás a Lauren y dándole una disculpa con los hombros, ella me hace un gesto de despedida y se aleja, probablemente para ir a buscar a su familia en esta multitud de gente.
—Pero puedes venir después de la cena, ¿verdad? No vas a estar comiendo toda la noche —razona y me encojo de hombros—. Oh, vamos. Probablemente este sea el último verano que pasemos juntos. Tienes que venir a todas las fiestas, ya no puedes usar el último año como excusa —me da una sonrisa pícara antes de soltar mi mano y saltar a los brazos de Mason que la esperan. No sé si alguna vez admitirán que tienen sentimientos el uno por el otro, pero su cosa de mejores amigos parece funcionar para ellos.
—Entonces, ¿te veremos esta noche? —pregunta Tristan, haciendo que Mason levante la vista de donde estaba susurrando algo en el oído de Nat. Está tan enamorado de ella y ni siquiera lo ve.
—Supongo —murmuro y la sonrisa que cruza su rostro hace que todo parezca valer la pena por alguna razón.
—Así que yo pregunto y tienes una cena, y él pregunta y vas a ir —dice Nat y pongo los ojos en blanco ante su dramatismo.
—Después de la cena —le digo, deseando ya que el verano termine. Amo a mis amigos, pero ellos festejan un poco demasiado para mi gusto.
—Genial. Nat, vas a ayudar a preparar, ¿verdad? —pregunta Mason y los tres se pierden en la conversación sobre la fiesta mientras yo busco a mis padres. Los vi en los asientos mientras caminaba por el escenario, así que tienen que estar aquí en algún lugar.
—¡Sky! —sonrío al ver a mi madre saludándome. Después de una rápida despedida a mis amigos, corro hacia ellos y me lanzo a los brazos de mi padre.
—Estamos tan orgullosos de ti, nena —susurra en mi oído y sonrío como un gato con catnip. Siempre he sido más una niña de papá y puedo admitirlo con una sonrisa orgullosa. Mi madre nos obliga a tomar fotos y de alguna manera todos mis amigos son arrastrados a ellas. Para cuando nos vamos, tengo una foto de graduación con toda la clase graduada y todos mis profesores. Ella va a hacer un álbum de recortes con eso, sin duda. Tengo uno para cada evento importante en mi vida.
—Entonces, ¿quién viene a cenar? —pregunto al entrar a la casa. Dejo mi birrete y toga en uno de los sofás y me dejo caer al suelo frente a él.
—Un amigo de tu padre —dice mi madre mientras se hunde en el sillón y en mi padre también. Los miro por un minuto con una sonrisa en mi rostro, orgullosa de donde vengo. Si no fuera por ellos, no tendría ni la mitad de las cosas que tengo en la vida y solo puedo esperar lograr la mitad de lo que ellos han logrado en la vida. Espero, porque ni siquiera puedo decidir qué quiero estudiar en otoño y eso me está volviendo loca.
Pasamos la tarde simplemente teniendo tiempo en familia, mi papá pone unas hamburguesas en la parrilla para el almuerzo y mi madre hace una ensalada tropical mientras yo cargo todas las fotos que mi madre tomó en la laptop y etiqueto el archivo, listo para cuando mi madre quiera imprimir y empezar su álbum de recortes. Más tarde en la noche, estoy en mi habitación, duchada y preparándome para la noche cuando mi madre llama a la puerta de mi habitación.
—Tengo algo para ti —dice mientras coloca una caja en la cama. Le doy una sonrisa emocionada y abro la caja, encontrando un hermoso vestido blanco con mariposas. Es un diseño de su línea actual que decidió descartar y me alegra que lo haya hecho para mí porque me enamoré de él la primera vez que lo vi. Ahora puedo añadirlo a uno de mis muchos originales de la línea de mi madre—. ¿Te gusta? —pregunta, como si no lo supiera.
—Me encanta. Gracias —digo mientras dejo el vestido y le doy un gran abrazo—. ¿Quieres ayudarme con mi cabello? —pregunto y ella asiente. Me siento en mi tocador y la observo mientras cepilla mis mechones oscuros, sus dedos se mueven hábilmente por mi cabello y lo convierten en una obra maestra. Mientras la miro, recuerdo la primera vez que le pregunté por qué no me parecía a ellos. No tenía la hermosa piel oscura de mi madre ni el tono suave y lechoso de mi padre y me molesté mucho porque pensé que era adoptada. Recuerdo que se rieron de mí y me explicaron cómo sus tonos de piel se mezclaron para hacer el mío, un poco de ambos. Desde ese día, he estado tan orgullosa de decir que tengo padres de diferentes orígenes raciales porque eso me hizo quien soy.
—¿Sabes ya qué quieres hacer después del verano? —pregunta mi madre y suspiro y sacudo la cabeza.
—He estado pensando en algo relacionado con la danza, pero sé que papá querría que hiciera algo más práctico. No lo sé. ¿Quizás debería tomarme un año y pensarlo? —pregunto y ella suspira.
—Sabes, no hay nada de malo en bailar. Tu padre lo superará, te apoya en todo lo que haces —dice y suspiro—. Tienes tiempo —asegura y solo asiento. Es un poco confuso para mí sentirme así. Siempre he planeado todo en mi vida y ahora estoy atascada.
—Sí, oh, Tristan está organizando una fiesta más tarde esta noche. ¿Puedo ir? —pregunto y ella asiente con una sonrisa mientras pongo una cara. Sabía que esperaba que dijera que no y ahora no tengo excusa para no ir.
—¡Listo! —dice y sonrío al ver las hermosas trenzas en las que ha quedado mi cabello. Rápidamente me maquillo mientras ella sale de la habitación y luego me visto con mi nuevo vestido, que combino con mis zapatos planos plateados, y luego me uno a mi papá en la cocina donde está hablando con el chef. Cuando era pequeña, pensaba que todo el mundo tenía un chef a su disposición hasta que Tristan me hizo ver la realidad. Estoy tan mimada que ni siquiera es gracioso, pero mis amigos sí lo encontraban divertido cuando era pequeña. No es que presuma de nuestro dinero, pero definitivamente estoy mimada.
—¡Ya están aquí! —grita mi madre desde la sala de estar cuando suena el timbre. Le sonrío a mi papá y lo sigo hasta el vestíbulo, donde mi madre se une a nosotros junto a la puerta. Ella lleva un vestido similar al mío, pero en negro con mariposas, y me río por eso. Su cabello está rizado y su rostro libre de maquillaje, lo que la hace lucir fantástica. Mi papá la besa en la mejilla antes de abrir la puerta, revelando cuatro rostros que nunca había visto antes.
—¡Gerald! —grita el hombre antes de abrazar a mi padre. Mi padre se ríe y lo abraza de vuelta mientras mi madre saluda a la mujer. Le sonrío a la niña que parece tener unos diez años y le hago un saludo torpe al chico que está detrás de ella. Pronto los padres terminan de saludarse y nos movemos a la sala de estar.
—Skyler, no te he visto desde que tenías dos años —dice la mujer mientras todos nos sentamos y le doy una pequeña sonrisa—. Te has convertido en una hermosa joven —dice emocionada, haciéndome sentir un poco incómoda, pero mantengo la sonrisa en mi rostro.
—Oh, supongo que deberíamos hacer las presentaciones. Skyler, estos son Zachary y su esposa Cecil, su hijo Xavier y su hija Candice —dice mi madre y asiento a las personas.
—Tu vestido es realmente bonito —dice Candice, mirando mi vestido con anhelo en sus ojos.
—Oh, gracias. Mi mamá podría hacerte uno también si quieres —le ofrezco y por la sonrisa radiante en su rostro sé que le gustará la idea.
—Bueno, entonces puedes venir al estudio después de la cena y te tomaremos las medidas —dice mi madre dándome una mirada orgullosa que no entiendo del todo, pero le sonrío de todos modos.
—La cena debería estar lista en unos minutos, así que ¿por qué no nos dirigimos todos al comedor? —dice mi padre y todos lo seguimos fuera de la sala de estar. Mi papá se sienta en la cabecera de la mesa con mi madre a su derecha y Zachary a su izquierda con su esposa junto a él. Yo me siento al lado de mi madre y Candice opta por sentarse a mi lado con su hermano frente a ella. Mi papá y Zachary comienzan a hablar mientras mi madre y Cecil también empiezan a conversar, y trato de responder a todas las preguntas de Candice mientras le hago algunas también. Xavier y mi papá empiezan a hablar de negocios y los ignoro porque, honestamente, no me interesa, y antes de darnos cuenta, la cena está servida y la noche continúa de la misma manera por el resto de la velada.