Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 725: ¿Cómo podría no doler?

Después de eso, el aire se volvió inquietantemente silencioso.

Los ojos de Sarah se abrieron de par en par, con lágrimas corriendo por su rostro.

Antonio la vio llorar como una cascada y se asustó.

—¡Sarah, créeme, no te mentí! Es culpa mía. Debería habértelo dicho antes. Estaba demasiado lleno d...