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Capítulo 54 Ni siquiera pienses en escapar de mí

Al escuchar el desapego y la indiferencia en las palabras de Sarah, los ojos de Antonio se oscurecieron mientras preguntaba:

—¿Cómo te sientes? ¿Dónde te duele? Dime—

—¡No necesito tu preocupación! —interrumpió Sarah, su ira y odio haciéndola olvidar temporalmente el dolor en su cuerpo.

Se sentó ...