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Capítulo 37 Felicidades, se ha convertido en accionista de este patrimonio

Antonio le tomó la mano y habló pacientemente:

—Sujeta el palo así. Lo estás agarrando demasiado fuerte. Relájate un poco.

Sarah no tuvo más remedio que hacer lo que él decía, pero se movió sutilmente hacia adelante para evitarlo. Sin embargo, su gran mano envolvió la de ella sin intención de solt...