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CAPÍTULO 49 SEAN, NO PUEDO CREERLO

Al abrir los ojos, estaba de vuelta en mi cuerpo, acostado en una cama, sin nadie en la habitación. Al levantarme para sentarme, empecé a sentirme diferente; mi lobo estaba de luto y aullando en mi cabeza.

Empezó a doler mucho, tanto que me agarré la cabeza por ambos lados. Empecé a sentirme mal, m...