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Parte cincuenta y cinco

El golpe en la puerta era insistente e Isadora suspiró.

—¡Adelante!

Apretó los dientes y sus fosas nasales se ensancharon al ver a Haverley y Halden. La corbata de Haverley estaba suelta y parecía que había tenido un día difícil. No tenía tiempo para esto; las cosas entre ella y Dominic habían ido...