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Capítulo sesenta y cuatro

En algún momento de la noche, Esten la había recogido y colocado en la cama. Ella se había tensado cuando él la rodeó con sus brazos. Sin embargo, no durmió ni lloró. Ya había llorado todo lo que podía y no cambiaría nada.

El hombre que amaba tomaría otra esposa y no había nada que pudiera hacer al...