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Capítulo veintiocho: La tortura es felicidad

Perspectiva de Damon

—¡Qué demonios!

Lynn, la maldita Lynn James, se paseó por aquí como si fuera la dueña del lugar. Se sentó en mi regazo como si me poseyera, demostrando su habilidad para ahuyentar a las perras también. ¿Se cree una reina o algo así? ¡Porque actúa como si lo fuera! El enc...