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Una espada afilada

Estaba en silencio, no escuchaba ningún sonido. Pero frente a la fábrica, vio un coche que era muy similar al de Leo.

—¡Es el coche de Leo, realmente vino a este lugar!— pensó. Intentó abrir el coche y no estaba cerrado con llave, incluso encontró las pertenencias de Leo y su teléfono.

—Su teléfon...