Read with BonusRead with Bonus

La hora de la verdad

Mariana

Sentí un leve movimiento debajo de mi cabeza, algo diminuto pero al mismo tiempo completamente extraño, y abrí los ojos lentamente, encontrando un pecho masculino sirviendo como mi almohada. En el mismo instante, recordé todo lo que había pasado y que el que estaba acostado conmigo era ...