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te quiero

Vincenzo Moreno

La puerta se abrió con un solo giro de la llave.

Agarré el pomo, solo para quedarme congelado. La molestia se reflejaba en mi rostro, frunciendo mis cejas. Mis malditas manos estaban sudorosas. Estaba jodidamente nervioso.

Apreté los dientes, lo suficientemente fuerte como para produ...