Read with BonusRead with Bonus

No hagas esto nunca

Rina Zante

La última pizca de paciencia se desvaneció cuando vi la hora en mi teléfono. Golpeé el aparato contra el banco—jadeando al darme cuenta de lo que había hecho.

Afortunadamente, no se había dañado. La pantalla estaba como nueva.

Un ceño fruncido apretó mis cejas cuando otra oleada de rea...