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Su compañero roto 10

Sarah podía escuchar que su corazón ya no latía con fuerza y sus ojos no estaban tan abiertos como antes. Pero su rostro estaba abatido, casi como si se sintiera avergonzado de lo que había sucedido. Podía ver sus hombros caídos, la decepción en su cara.

A regañadientes, metió la mano en su bolsill...