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Su compañero alfa 29

Zack enterró su rostro en la almohada y suspiró internamente cuando alguien le acarició suavemente el cabello.

«Así es como se siente el cielo», pensó.

—Zack, ¿puedes dejar de enterrar tu cara en mi pecho? —preguntó una voz divertida, haciendo que abriera un ojo. Una pequeña sonrisa se formó en su...